Actualmente la única especie de los homínidos existente es la nuestra, aunque si medimos en términos de tiempo el homo sapiens es apenas un recién llegado con sus 150.000 años de existencia, el cual es una temporalidad cubierta por otros parientes (vivos o fósiles datados), teniendo en cuenta criterios como la diversidad de hábitats o el numero de poblaciones.
UN POCO DE HISTORIA :
Dentro del texto El estado de la cuestión de Camilo
Cela, se habla de cómo se llegó hasta
el género de Homo, empezando por una serie de estadios hablando de una sucesión
ordenada desde los australopitecinos, pasando por los pitecantropinos, hasta
llegar a neandertales y, por fin, a los humanos de aspecto moderno (Brace,
1965, por ejemplo). El proceso había sido gradual, a la manera de una escala en
la que se van ascendiendo peldaños largos.
Se creía disponer de pruebas fehacientes acerca de la
presencia de homínidos en el Mioceno medio, entendiendo como tales los ejemplares
procedentes de los yacimientos de Siwaliks, Pakist·n, atribuidos al género
ëRamapithecusí (Pilbeam, 1966) los cuales podrían tener unos 12,5 millones de
años de edad. También, Goodman, Sarich y
Wilson, del campo de la genética,
impusieron un cambio profundo en esa forma de ver las cosas. Por un lado, las
semejanzas del sistema inmunológico de los diversos simios y los humanos y la
propia distancia genética queexiste entre todos ellos hacían inviable tanto una
historia muy antigua de los homÌnidos como una clasificaciÛn de todos los
simios en un clado hermano al nuestro.
Humanos y chimpancés Éramos tan semejantes en nuestros genes
que debíamos habernos separado tan solo alrededor de cinco millones de años atrás,
es decir, a comienzos del Plioceno. Por su parte, los descubrimientos de Koobi
Fora, en la orilla de Levante del lago Turkana (Kenia), se encargaron por sí
solos de desmontar La idea de una evolución simple y lineal. Tres y quizá hasta
Cuatro especies distintas de homínidos habían coincidido allí en el Entorno de
unos dos millones de años atrás (Leakey & Walker, 1976).
La proliferación
posterior de excavaciones en todo el valle del Rift terminaría ampliando el
panorama de géneros y especies de los Homínidos del Mioceno tardío y el Plioceno
hasta convertirlo en una Maraña dificilísima de interpretar. La tabla 1 incluye
cinco géneros ñOrrorin, Ardipithecus, Australopithecus, Kenyanthropus,
Paranthropus y Homo y hasta dieciocho especies en nuestro linaje, siendo así que
no costaría demasiado trabajo encontrar propuestas aún más diversificadas.
Si nos ajustamos a la sucesión de los géneros, la filogénesis
de los homínidos ms antiguos puede representarse mediante algo parecido a la
letra griega Ψ. Un primer género muy cercano al momento de separación de La filogénesis
de los homínidos 233los clados chimpancé y humano, el Orrorin, de seis millones
de años de edad, daría paso a los australopitecos que se prolongarían desde los
4,4 m.a. del A. amanensis a los 2,5 del A. garhi. Se trata de seres que habían
colonizado el suelo del bosque tropical gracias a su locomoción bípeda. Pero a medio
camino de la evolución de los australopitecinos, en el entorno de los 3,5 m.a. atrás,
tuvo lugar una cladogénesis que haría aparecer la gran alternativa de adaptación
de los homínidos a las condiciones de las sabanas de £frica,
Surgidas a causa del enfriamiento del planeta. Por un lado,
unos seres que desarrollaron mandíbulas y dientes aptos para aprovechar las
plantas y raíces duras de la sabana: los Paranthropus.
Por otro lado, el
grupo de homínidos que mantuvo una alimentación menos especializada, con
probable incremento del consumo de carne y dueños de un cerebro en expansión:
los Kenyanthropus. Estos últimos darían lugar más tarde a la rama que explotó
los recursos mediante la construcción de herramientas: los miembros de nuestro
género, HOMO.
Alicia Garcia (sin fecha), enfatiza en que el ADN humano difiere
solamente en un 1.6% con el del chimpancé. Aunque ese porcentaje, como podemos constatar, implica grandes diferencias, también hay muchas similitudes entre el género humano y los chimpancés, al grado de que se utilizan, entre otras cosas, en la investigación demedicamentos. Los chimpancés contraen muchas de las enfermedades humanas y sus organismos responden de una forma muy similar a los organismos patógenos. Curiosamente los chimpancés no contraen sida.También hay comportamientos en los que nos parecemos.
Alicia Garcia (sin fecha), enfatiza en que el ADN humano difiere
solamente en un 1.6% con el del chimpancé. Aunque ese porcentaje, como podemos constatar, implica grandes diferencias, también hay muchas similitudes entre el género humano y los chimpancés, al grado de que se utilizan, entre otras cosas, en la investigación demedicamentos. Los chimpancés contraen muchas de las enfermedades humanas y sus organismos responden de una forma muy similar a los organismos patógenos. Curiosamente los chimpancés no contraen sida.También hay comportamientos en los que nos parecemos.
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